sábado, 19 de febrero de 2011

La eutanasia, ¿una parte de la dignidad?

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¿A qué se denomina eutanasia?
En términos médicos, se llama eutanasia a las acciones (o incluso omisiones) que se realizan para evitar el sufrimiento a pacientes con enfermedades terminales o incurables, siempre y cuando, la aceleración de su muerte se haga con el previo consentimiento del propio paciente. Tiene como fin primordial evitar que el paciente sufra de manera insoportable (o en algunos casos, la prolongación artificial del propio individuo mediante reparación molecular entre otros). El enfermo, necesariamente, debe padecer una enfermedad terminal o incurable, y después, el personal médico debe haber contado con la autorización del paciente para realizarlo.

Junto a esto, hay que relacionar el término de "muerte digna" (anteriormente denominado ortotanasia), es decir, el derecho del paciente a morir de forma digna, sin hacer empleo de medios desproporcionados y extraordinarios para mantener la vida. Se trata de que, ante enfermedades terminales e incurables se actúe con tratamientos paliativos para evitar el sufrimiento del individuo, recurriendo a medidas razonables hasta que llegue la muerte. Es uno de los aspectos más defendidos por las religiones, frente a la propia eutanasia.

¿Dignidad ante la muerte con o sin dolor?
La ortotanasia o muerte digna se asocia como "aquella que se hace sin ensañamiento terapéutico hacia el paciente, con tratamientos paliativos del dolor, encaminados a paliar de alguna forma el sufrimiento.

He aquí mi opinión: desde mi punto de vista subjetivo, alguien puede estar convencido al cien por cien de que a ese individuo le va a hacer un bien procurarle su muerte. Pero si convertimos los sentimientos en fuente de la moralidad de los propios actos, entonces se hablaría de ello como una acción inhumana: quien decide practicarla o ayuda a que se practique puede actuar creyendo que beneficia a quien da muerte, pero objetivamente su acción es repudiable, pues está arrogándose el derecho de decidir qué es bueno o malo para el otro. Si la convivencia social se fundamentara en los sentimientos subjetivos, olvidando por completo las realidades morales objetivas, no se podrían establecer normas de comportamiento y seria como estar en una selva, en la que imperaría la ley del más fuerte, ya que "toda acción voluntaria es vista por su autor como un bien".

Pero, por otra parte, hay un colectivo que opina que hay situaciones en las que la vida de un ser humano se encuentra en tal estado de deterioro, que no se podría decir que eso es llevar una vida humana, y en este aspecto que destaco aquí, discrepo totalmente. Seria una opinión que no sería nada fácil de aceptar, ya que el derecho a la vida deriva de una forma directa, de la dignidad del individuo, y todo ser humano, por muy enfermo que esté, nunca van a dejar de ser humanos, ni su ida va a dejar de ser respetada, lo cual , por contra, haría pensar que, la visión dramática de las minusvalías profundas conduce de manera irreversible a hacer depender el derecho a la vida a la calidad de la misma, lo cual hace que la vida esté sometida a "control de calidad" cada vez más exigente, en función del grado de egoísmo o de comodidad imperante en nuestra sociedad a día de hoy.

Casi siempre, en toda la historia de la humanidad, el ideal de garantizar el respeto a la vida en las costumbres y leyes por una parte, y las formas humanas de relación basadas en la violencia, prejuicios o ideologías que niegan que determinados seres humanos merezcan o tengan derecho a vivir por otra parte, siempre han estado en constante tensión.

Libertad de decisión ante la propia muerte:
También hay que destacar que, desde el principio de los tiempos, el hombre ha aprovechado su libertad, independientemente de si bien o mal, a la hora de decidir su propia muerte. Se habla de libertad en el sentido de entender la mera facultad de hacer o no hacer cosas, o hacer una u otra, con lo cual, se podría constatar que el hombre puede actuar sin sentirse coaccionado, sin tener en cuenta si lo que hace esta bien o mal, si es justo o injusto, o si, por el contrario, debería ser juzgado, y en su caso, castigado. También se podría entender el concepto de libertad para designar las conductas humanas que reflejan la posibilidad del hombre de realizar lo mejor de lo que es capaz, añadiendo, en este caso, una connotación ética a los actos considerados libres. Quizá, el hombre, puede usar su libertad para decidir acerca de su propia muerte, siempre y cuando la tome con plenitud de facultades y sin sentirse coaccionado.

Es totalmente falsa la idea de que los médicos pueden tomar cualquier decisión a la hora de mantener con vida a sus pacientes, ya que el derecho español se basa en que, el principio del tratamiento médico solo es legítimo si el paciente se lo consiente. Ahora bien, la libertad del paciente para recibir o no un determinado tratamiento, o sufrir o no una intervención quirúrgica, no llega hasta el extremo de obligar al médico a cometer un delito como quitarle la vida.Por el contrario, si un médico actúa n contra de la voluntad de su paciente, corre el riesgo de encontrarse ante un delito de coacciones.

lunes, 7 de febrero de 2011

River Phoenix (1970-1993)



De seguir vivo, sería más grande que Johnny Depp, Brad Pitt y Leonardo DiCaprio juntos. ¿Exageración? Nunca lo sabremos. Porque River Phoenix murió de golpe un 31 de octubre de 1993, de la manera más horrible, pero no sin antes dejarnos un puñado de las mejores actuaciones de las últimas décadas.

River Jude Phoenix nació el 23 de agosto de 1970 en Oregon, Estados Unidos. Sus padres eran unos hippies que vivían de la recolección de frutos. Lo bautizaron River por el río de la vida de la novela Siddharta, de Herman Hesse, y Jude por el tema de los Beatles “Hey Jude”. Al poco tiempo de nacido River, se unieron con familia y todo a la secta Los Niños de Dios, que los llevó a Venezuela en calidad de misioneros. El dinero escaseaba, y River y su hermana menor Rain debían cantar en las calles para ganarse algunas monedas. En 1977, la familia se alejó de Los Niños de Dios debido a las acusaciones de maltrato infantil.

De regreso a tierras estadounidenses, los Phoenix —todos vegetarianos a ultranza, al punto de no consumir ni siquiera huevos ni miel— decidieron ingresar en el showbusiness. La madre ingresó como secretaria de la cadena de televisión NBC. Desde esa posición logró que el muy pequeño River pudiera participar en anuncios publicitarios. El propósito de la madre era utilizar los medios de comunicación para cambiar el mundo, y creía que River sería su misionero. Y el niño tenía con qué triunfar: rubio, ojos claros, inteligente, con habilidades artísticas. El muchacho debutó en 1980, en la serie Siete novias para siete hermanos (Seven Brides for Seven Brothers), donde interpretaba al hermano menor. Pese a no haber estudiado actuación —es más: nunca fue al colegio, ya que los padres no creían en dicha institución— Tras veintidós episodios, el programa fue cancelado, pero River, el único sostén real de la familia, siguió trabajando en la pequeña pantalla: apareció en Hotel y Enredos de familia.

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Sus dos últimos trabajos en la industria fueron “Silent Tongue” (Lengua silenciosa) y “Dark Blood” (Sangre negra), la cual no fue completada debido a su trágica muerte la mañana de Halloween de 1993.

Ese 31 de Octubre, River estaba junto a unos amigos, su hermano Joaquin y su novia Samantha en el club Viper Room, propiedad del actor Johnny Depp. Muchos testigos contaron que estaba en el baño tomando drogas cuando comenzó a sentirse mal.

Al salir a la calle se desplomó en la acera y comenzó a tener convulsiones, a lo que Joaquin llamó de inmediato al 911. Al llegar al hospital ya había muerto de una sobredosis de cocaína y heroína, acrecentada por el uso de una mezcla de anfetaminas.

Al haber sido una figura pública tan importante, muchos artistas le rindieron tributo durante el resto de la década, entre ellos los Red Hot Chili Peppers, Nirvana y R.E.M. También sirvió de inspiración para muchos personajes de la cultura joven de hoy en día, como el personaje Squall Lionheart, del juego Final Fantasty VIII y Russell Tringum de “Full Metal Alchemist”.


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