domingo, 17 de abril de 2011

Separando razon del corazon

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¿Qué es lo que uno hace cuando su cabeza y su corazón se encuentran en un conflicto de intereses?

No solo los románticos por naturaleza, sino también cualquiera de nosotros podemos sentir un ataque de impulsividad cuando escuchamos aquella frase que en parte nos soluciona la vida: “Guíate por lo que tu corazón diga”.

De primeras parece algo muy sencillo. Sin embargo, uno puede sentir que casi enloquece en el momento tu inspiración y motivaciones se basan en lo que tu cabeza dicte. El corazón, en cambio, nos hace ver nuestro entorno de una manera completamente diferente: todo lo material que uno posee, por mucho que piense que el hecho de tenerlo le hace feliz, se contradice. Nuestra cabeza busca todo aquello que nos proporcione, ante todo, seguridad: pero también hay que ser consciente de que uno tiene que buscar el camino que dé sentido a la propia vida, y a las ganas de vivir.

¿Por qué se les hará la vida un martirio, mientras que a otros se les hace una emocionante y feliz aventura?

¿Para qué definirse con una simple tarjeta de presentación, si podemos identificarnos con aquella persona que se guía en función de lo que le dicte su corazón?


Con toda probabilidad, aquellos que hacen caso de su corazón ven que su vida es un regalo, una bendición. Sienten paz dentro de ellos mismos, y tienen mayor entusiasmo a la hora de enfrentarse a la vida. Y las frustraciones que tengan no se les verán reflejadas en su salud.